En 2022, Monterrey vivía una de sus peores crisis hídricas. Las presas estaban vacías, los cortes de agua eran diarios y la urgencia por una solución estructural era evidente. En ese contexto, nació uno de los proyectos más ambiciosos de infraestructura hídrica en México: el acueducto El Cuchillo II.
Con una inversión de 12 mil millones de pesos, el objetivo era claro: construir casi 100 kilómetros de ducto para transportar agua desde la Presa El Cuchillo hasta la ciudad, en tiempo récord.

¿Cuál era el reto?
• Un acueducto de 97 kilómetros de longitud
• Condiciones de urgencia extrema por la sequía
• Infraestructura previa deteriorada y con fugas severas
• Presión social, política y ambiental
• El reloj en contra
¿Qué hizo Key Capital?
Desde el inicio, Key Capital participó en el proyecto como socio estratégico clave en la gerencia integral de obra. Esto implicó:
• Participar desde la planificación temprana
• Tomar decisiones técnicas y financieras de alto impacto
• Coordinar múltiples frentes de obra en paralelo
• Alinear esfuerzos entre gobierno, contratistas, proveedores y comunidades
• Garantizar calidad, tiempos y operación efectiva
¿Por qué fue un hito?
• El acueducto se construyó en tan solo 12 meses
• En comparación, proyectos similares en América Latina toman 4 años o más
• La obra entró en operación en el momento exacto: la presa comenzó a llenarse justo antes de finalizar
• Sin El Cuchillo II, el agua captada por las lluvias se habría desperdiciado
Más que una obra, una lección de gerencia
Este proyecto no solo resolvió una crisis hídrica urgente. También dejó lecciones clave para el futuro de la infraestructura pública en México:
• La gerencia profesional y ágil puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso
• La coordinación efectiva entre sectores es posible
• Los tiempos récord no son imposibles cuando hay claridad de objetivos, liderazgo técnico y enfoque en resultados
El Cuchillo II no solo transporta agua: demuestra que, con buena gerencia, los tiempos récord sí son posibles.
Y en un país donde muchas obras tardan el doble o el triple de lo planeado, este caso ofrece una esperanza real: sí se puede hacer distinto, sí se puede hacer mejor.